Hoy me apetece enseñaros algo distinto, en este batiburrillo que se ha montado con las elecciones y los resultados, creo que se ha perdido un poco el respeto y las palabras se lanzan como dardos envenenados, cada uno tiene derecho de pensar lo que quiera y SIEMPRE, SIEMPRE se debe respetar lo que otros opinen.
Así que hoy no os voy a enseñar nada de scrapbooking, os quiero enseñar palabras, palabras que me han inspirado estos momentos porque creo que deberíamos utilizar el tiempo que tenemos en ser felices.
Mis caracolillas, sed felices.
Nos leemos muy pronto. Biquiñosss
Habitamos en un cosmos de cotillas y fisgones donde muchas son las pupilas que examinan, juzgan,censuran y acusan.
Un mundo de mirones que se guarecen en palabrería y garrulería vacía y una diatraba digna de frac que en las dos primeras frases pierde la verosimilitud que intuían las sílabas armónicas.
Me horroriza en qué nos hemos transfigurado.
Me aterra la idea del aquí todo vale y la censura yuxtapuesta en la historia ajena.
Hagas lo que hagas siempre buscarán el descuido y habrá difamadores que tras sonrisas de algodón intenten tirar por la barandilla todos los sueños, las buenas voluntades y determinaciones.
La diferencia es el tiempo,
el tiempo que utilizas en respirar en espacio erróneo,
el tiempo que le dedicas a tus ensayos
y el tiempo que empleas en amar juramentos de bragas roídas y besos que apestan a sapo.
Lo que te hace distinto a mi es el tiempo que subyace en el reloj biológico,
en reírte con los amigos inseparables,
con las personas importantes,
el tiempo que dedicas a ser alumno y ser maestro,
el tiempo que le dedicas a la ilusión de lo desconocido,
a la aspiración del tiempo disfrazado como forastero.
El tiempo que le dedicas a la esencia y a la materia,
a la psique del alma, a leer, a vagar y navegar, a observar y curiosear.
El tiempo que le dedicas al meollo del interior.
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